La billetera electrónica

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Por Javier González-Olaechea Franco

Una parte muy importante de las familias con escasos recursos siguen sin recibir el primer bono de 380 Soles y todas también esperarán el segundo  bono que complete la ampliación de la cuarentena hasta el domingo 12 de abril, inclusive.

En adición a la urgente necesidad de tener éxito desacelerando la propagación del virus, equipando hospitales y a los profesionales de la salud, un aspecto central y urgentísimo es hacer llegar los bonos del Estado a personas vulnerables del país, que a su vez se encuentran muy dispersas en una muy compleja geografía peruana.

Como lo he sostenido varias veces, hay que seguir ayudando, y en mi caso,  haciendo propuestas al Gobierno.

Ofrezco otra sugerencia alternativa y complementaria muy útil. Hoy me ocuparé sobre la ventaja de implementar y usar la “billetera electrónica” sin dilación.

La “billetera electrónica” consiste en un mecanismo de muy fácil y rápido uso para entregar dinero a cada destinatario. ¿Y cómo funciona?. Basta con que la persona tenga un celular al que se le pueda instalar la aplicación.

Según estudios de la consultora Everis, un porcentaje más que razonable del segmento de la población objetivo tiene acceso a un smartphone, herramienta necesaria para poder descargar una aplicación de la “billetera electrónica”.

Si el Estado propone esta vía, depositará en la cuenta de la billetera el importe íntegro de los bonos o lo que falte, así como comunicará también la identidad de los receptores autorizados.

El receptor autorizado de la subvención sólo tendría que descargar la aplicación en su celular  y darse de alta aportando la información necesaria para acreditar su identidad.

Tanto la descarga, como el propio funcionamiento de la aplicación no consumirán datos del operador de telefonía, ni generarán comisiones de ningún tipo en este caso.

Desde ese momento el smartphone del receptor se convierte en una tarjeta de crédito con el límite total del dinero asignado. Los comerciantes descargarán también la misma aplicación y de esa forma sus celulares se convertirán automáticamente en POS, con lo cual el ciudadano no necesitaría disponer de dinero en efectivo para abonar sus compras al comerciante.

El comerciante haría lo mismo con su proveedor, y de esa forma no se necesitaría dinero en efectivo para realizar compras en bodegas y otros establecimientos.

En un momento de extrema necesidad como el actual, el comerciante podría incluso facilitar dinero en efectivo al beneficiario del bono a cambio de una simple transacción entre un celular y otro, no siendo necesario disponer de una tarjeta para acercarse a un cajero automático.

De esta forma podríamos transformar a decenas de miles de comerciantes en cajeros automáticos a lo largo de todo el país y resolver parte del problema inmediato. Es una muestra de las grandes ventajas digitales de la Era Disruptiva. Así, vamos apoyamos a  segmentos necesitados y que resisten estoicamente. Finalmente, el mecanismo  perdura en el tiempo y es una contribución a su formalización bancaria.

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