Beldad de todos los dioses

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Nuestra existencia cabalga sin arnés

creyentes e infieles desprovistos de cariz

veloces y desnudos de luces, presumimos

estrujando las sabidurías ancestrales,

y así despertamos y medrosos lloramos

 

Hemos despreciado deidades y dones,

Ciegos ante aguas, cielos, tierras adoloridas

y engordados por especies por miles ya idas.

Necios llamamos a los dioses del mal

y así despertamos y medrosos lloramos

 

Somos siempre las segundas víctimas

nuestras ambiciones ya depredaron

le acortamos la vida a los primeros

depredando todo embriagados andando,

y así despertamos y medrosos lloramos

 

Talando llenos de presumida estulticia

secando lagunas y ríos sin amores ni rubores

tiñendo de rojo o negro la natura sitiada

entrelazando la avaricia con la codicia

y así despertamos y medrosos lloramos

 

Persistimos en el oscurantismo del dominio

alejamos la evidencia de las verdades

alteramos los significados y sentidos

engañamos al bienestar con excedencias

y así despertamos y medrosos lloramos

 

La ira nos enrostra nuestra lujuria

famélicos deseamos conquistar planetas,

palpito el tambor de guerra del nuestro

otros gimen el gemido de la tierra por su identidad

aún así, nos advierte  desde su inmensa bondad

y despiertos, medrosos seguimos llorando y dudando

 

Escuchemos serenos el canto de nuestras aguas

inhalemos conscientes el espíritu de nuestras plantas

acariciemos con ternura la tierra que pisamos

reguemos el respeto y la sapiencia de los dioses

y así volveremos libres a nosotros mismos

 

Sólo así entenderemos cada uno a su dios

sólo así dormiremos arrullados por la seguridad,

y así la naturaleza encontrará la paz arrebatada

y así volveremos a soñar en la eternidad de la belleza

arrepentidos, presentes y guardianes ya sin llanto

inundados por la querencia a lo nuestro,

nacida del frescor de los nuevos vientos aromáticos.

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