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Por Javier González-Olaechea Franco

 

Abril, mi nieta

 

Deseada, esperada y amada llegó hoy fuerte y bella,

arrullada en el amor de sus padres

divina razón que me asalta y sobrecoge

y con la que me bendice El Creador.

 

Abril, en otras lenguas es diosa del amor y de la belleza,

también significa frescura, vigor y juventud,

pureza por quien ya dejo mirra, oro e incienso,

en peregrinación continua hasta cerrar mis ojos.

 

Es un renovado vínculo; ya la amo porque es,

porque sin haberla tocado ni visto, ya la toqué y ví,

porque sin haberla tenido en brazos, ya la abracé,

porque sin haber cruzado miradas, ya nos vimos.

 

Su latir inunda de ecos mi corazón,

es la inocencia del recién nacido,

lo que todo renueva de amor y sentido.

 

El sexto día en que fuimos creados escrito está,

Y sólo después, Dios bendijo el sétimo y lo santificó,

porque en él reposó toda la obra que había hecho en la creación,

y allí, ya fue pensada mi pequeña Abril.

 

BENDITA SEAS ABRIL

 

Lima, 1 de octubre del 2021

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